domingo, 9 de mayo de 2010

VIDA Y OBRA DE SIMÓN BOLÍVAR

















REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA



MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMON RODRIGUEZ
NUCLEO: PALO VERDE
FACILITADOR: PEDRO MONTOYA
MATERIA: INICIACIÓN UNIVERSITARIA
SECCIÓ: G4






VIDA Y OBRA DE SIMÓN BOLÍVAR








Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, mejor conocido como Simón Bolívar, (Caracas, 24 de julio de 1783Santa Marta, Colombia, 17 de diciembre de 1830), fue un militar y político venezolano, una de las figuras más destacadas de la Emancipación Americana frente al Imperio español. Contribuyó de manera decisiva a la independencia de los países Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.



Su padre, Juan Vicente Bolívar y Ponte y su madre, doña María de la Concepción Palacios y Blanco, pertenecían a la aristocracia caraqueña y cuando se casaron en el año 1773 había una gran diferencia de edad entre ambos cónyuges. Juan Vicente tenía 47 años en ese momento y Concepción 15 años. Tuvieron cuatro hijos más, tres de ellos mayores que Simón y una menor, cuyos nombres fueron Juan Vicente, María Antonia, Juana y María del Carmen (hija póstuma que murió a las pocas horas de nacer).





En enero de 1786, cuando Simón contaba dos años de edad, su padre murió de tuberculosis, y así doña Concepción quedó como cabeza de familia, velando eficientemente por los intereses de la familia hasta su muerte. Sin embargo, las responsabilidades hicieron que su salud, también enferma de tuberculosis, decayera rápidamente y, según la opinión de médicos historiadores, es posible que ya entonces Bolívar sufriera la primo-infección tuberculosa con un tipo de tuberculosis que pasa inadvertida mientras las defensas corporales son favorables. Concepción murió el 6 de julio de 1792, cuando Simón tenía nueve años, pero tomando la precaución de hacer un testamento en el que dispuso quién debería hacerse cargo de sus hijos. Los hermanos Bolívar pasaron entonces a la custodia de su abuelo, don Feliciano Palacios, que cuando asumió el papel de tutor se sentía tan enfermo que empezó a preparar también su testamento para designar un sustituto como tutor de sus nietos y decidió pedir opinión a éstos para respetar su voluntad.





Simón fue confiado a su tío don Esteban Palacios y Blanco, pero como éste se encontraba en España permaneció bajó la custodia de don Carlos Palacios y Blanco, otro de sus tíos, que por lo visto era un hombre con el que no se llevaba bien y que era tosco, de carácter duro, mentalidad estrecha, que se ausentaba frecuentemente de Caracas para atender sus propiedades y que por lo tanto solía dejar a su sobrino atendido por la servidumbre y asistiendo por su cuenta a la Escuela Pública de Caracas.



Entre los maestros del Libertador, la historia recoge los nombres de José Antonio Negrete, Guillermo Pelgrón, el padre Andujar, Miguel José Sanz, Andrés Bello y Simón Rodríguez.



El Licenciado Miguel José Sanz, hombre de vastos conocimientos y crítico del sistema educativo de la época, tuvo a su cargo durante varios años la educación del joven.



En su discurso del 15 de Febrero de 1.819, planteó el Libertador "La educación popular desde ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso "Moral y Luces son los polos de una República"; "Moral y Luces son nuestras primeras necesidades"



Bolívar fue enviado a España a los 15 años para continuar sus estudios. En Madrid en 1800 conoció a la joven María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza. Contraen matrimonio el 26 de mayo de 1802, en el Teatrillo del Palacio del Duque de Frías, donde funcionaba la primitiva Iglesia Parroquial de San José. Al cabo de unos 20 días se trasladan a La Coruña.



El 15 de junio de 1802 partieron los recién casados hacia Caracas, desembarcando el 12 de julio en La Guaira. Después de una corta estadía en Caracas se trasladaron a la "Casa Grande" del ingenio Bolívar en San Mateo. María Teresa enfermó poco después de "fiebres malignas", hoy día identificadas indistintamente como fiebre amarilla o paludismo, el matrimonio regresó a Caracas a su Casa del Vínculo, donde ella murió el 22 de enero de 1803 María Teresa del Toro y Alayza muere en Caracas. El joven Bolívar se dedicó a viajar, transido de dolor, para mitigar la pena que le causó el fallecimiento de su esposa. Es en este estado de ánimo cuando jura que no volverá a casarse jamás.



En el mismo año de la muerte de su esposa viajó a París, donde se dedicó junto a su antiguo maestro Simón Rodríguez a la lectura de los clásicos y a ilustrarse en diversos campos del saber universal. Viajó luego por Italia en compañía de Rodríguez y el 15 de agosto de 1805 en el Monte Sacro de Roma juró libertar a su patria. Regresó a Venezuela en 1806 y a la vez que administraba los negocios familiares se unió esfuerzos a la causa revolucionaria.





Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos.



En 1810 se unió a la revolución independentista que estalló en Venezuela dirigida por Miranda (aprovechando que la metrópoli se hallaba ocupada por el ejército francés). El fracaso de aquella intentona obligó a Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelión, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812).



En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas (de ese momento data la concesión por el Ayuntamiento del título de Libertador). Aún hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Bobes, que reconquistaron el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-15); pero éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le daría el control del país.



Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia). Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819), que elaboró una Constitución para la nueva República de Colombia, que englobaba lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de esta «Gran Colombia». Luego liberó la Audiencia Quito (actual Ecuador) en unión de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).



Varias Proclamas del Libertador





Al ejército libertador en paseo, Soldados:



¡Vais a completar la obra más grande que al ciclo ha podido encargar a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud!



Soldados: Los enemigos que vais a destruir se jactan de catorce años de triunfos; ellos, pues, serán dignos de medir sus armas con las vuestras, que han brillado en mil combates.



Soldados: El Perú y la América toda aguardan de vosotros la par, hija de la victoria; y aún la Europa liberal os contempla con encanto. Porque la libertad del mundo es la esperanza del universo. ¿No? ¿Vosotros sois invencibles?



Al Ejército triunfador en Ayacucho, Soldados: Habéis libertad a la América Meridional, y una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria; ¿Dónde no habéis vencido?



La América del Sur está cubierta con los trofeos de vuestro valor, pero Ayacucho, semejante al Chimborazo levanta su cabeza sobre todo.



Soldados: Colombia os debe la gloria que nuevamente les dais; el Perú, vida, libertad y paz. La patria y Chile también os dais deudores de inmensas ventajas. La buena causa. La causa de los Derechos del hombre ha ganado con vuestra arma su terrible contienda contra los opresores contemplad, pues el bien que habéis hecho a la humanidad con vuestros heroicos sacrificios.





Colombia como Proyecto de la Unión de la América





Bolívar había expuesto la idea de Colombia como un país que debía hacerse realidad. Para convertir Colombia en una nación viable y creíble hacía falta crear un gobierno centralizado capaz de coordinar las acciones necesarias para resguardar las fronteras y aglutinar a los distintos pueblos de la América Hispana como garantía de la independencia.



Aunque el proyecto de Colombia como nación lo idealizó en realidad Francisco de Miranda durante sus acciones precursoras, fue Bolívar quien tuvo el mérito de rescatar este proyecto del baúl de los recuerdos de sus primeros contactos con El Precursor en Londres y de llevarlo a cabo contra viento y marea hasta su muerte.



Para garantizar la libertad de Colombia consideraba vital conseguir cuanto antes el control sobre Venezuela para impedir que los españoles la utilizaran como puesto de avanzada en tierra firme para sus campañas de reconquista por lo que decidió emprender esta tarea como algo prioritario.



Así desembarcó en la isla de Margarita a mediados de 1816 decidido a lograr desde el principio el reconocimiento de su liderazgo y después de obtener un éxito inicial con el líder local Juan Bautista Arismendi preparó la campaña para liberar el continente.



A medida que pasaba el tiempo Bolívar tuvo que lidiar con personajes que habían ganado su generalato a través de la acción pero que por el tipo de guerra que se hacía en ese momento acabaron aceptando la Jefatura Suprema de Bolívar como un mal necesario para poder derrotar a los españoles hasta que a la larga su liderazgo fue indiscutido.



La consolidación del liderazgo supremo facilitó el control del Oriente venezolano y la instalación de Bolívar en Angostura, que trajo consigo el inevitable y largo enfrentamiento con las fuerzas expedicionarias del general español Pablo Morillo y la organización de los mecanismos elementales para que el Gobierno pudiese funcionar.



Para entonces el Ejército español ya se encontraba muy desgastado después de la larga campaña de reconquista realizada a lo largo de América y aunque el general Morillo era un comandante militar muy capaz que intentó por todos los medios paliar la situación no pudo evitar que sus tropas iniciaran un lento pero inevitable declive debido a la falta de recursos y de refuerzos para cubrir las bajas que sufrían.



Ya en 1818, la situación del Ejército español en Venezuela se hizo insostenible y Morillo se vio obligado a retirar algunas de sus fuerzas de la Nueva Granada para intentar contener a Bolívar. Para entonces la situación política y militar era lo bastante buena como para pensar en la organización de un Estado y así fue como se instaló hacia el año 1819 el Supremo Congreso de la República en Angostura.







Siete Documentos esenciales de Simón Bolívar




Manifiesto de Cartagena (15 de Diciembre de 1.812.



Manifiesto de Carúpano (7 de Septiembre de 1.814.



Carta de Jamaica (6 de Septiembre de 1.815).



Discurso de Angostura (15 de Febrero de 1.819)



Es el principal de los escritos bolivarianos. El Discurso de Angostura es producido cuando se está refundando la República en su tercera y definitiva. La estructura de esta pieza ejemplar: I Introducción, devolviendo el poder al pueblo, II examen del tiempo crítico que le ha tocado vivir; III presentación del proyecto de constitución, en esta tarea despliega Bolívar su plural saber social; derecho, política, historias; penetra en los dominios de la Sociología y de la filosofía, para fundamentar sus observaciones: IV el discurso prosiguen con una sintética cuenta de lo actuado hasta entonces, todo resumido en cuatro rubro: abolición de la esclavitud, reparto de tierra, Institución de la orden de los libertadores y ratificación del voto comprometido con la decisión de la patria a muerte: V luego hay una recomendación enfática sobre la deuda nacional, y concluye con la proyección inspirada y entusiasta hacia la Gran Colombia.



Mensaje al Congreso de Colombia (25 de Mayo de 1.826



Mensaje a la Convención de Ocaña (29 de Febrero de 1.828



Mensaje al Congreso de Colombia, allí está la palabra final de la vida pública de Bolívar. Resume los últimos acontecimientos y presenta su renuncia del mando. Su balance último es categórico.



LA NUEVA ÉTICA SOCIALISTA

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMON RODRIGUEZ
NUCLEO: PALO VERDE
FACILITADOR: PEDRO MONTOYA
MATERIA: INICIACIÓN UNIVERSITARIA
SECCIÓ: G4


Nación (Concepto)


Comunidad de personas en las que su historia, sentimientos, costumbres, acciones, ideales e idioma común, aunque no tenga en todos los casos un espacio geográfico propio, producen de hecho una unidad de conciencia, cultural y destino.


El concepto de nación proviene del latín “nascere” que quiere decir “nacer”, aludiendo al lugar del nacimiento. Sin embargo, aunque muchas veces se emplea el concepto de nación como sinónimo de país o de estado, conviene hacer una diferenciación más precisa. Es el de nación un concepto sociológico, y está caracterizado como el sentimiento de patria. Alguien pertenece a una nación cuando se encuentra ligado a otras personas que la conforman por vínculos culturales (lengua, religión costumbres y una historia en común). El sentimiento nacional no puede imponerse como el de estado, ya que ocurre en la esfera íntima del individuo, y ya vimos cuando estudiamos el estado, los riesgos que implica cuando el estado y la nación no coinciden.


La nación no necesita de territorio para existir, ya que es un sentimiento. Así la nación judía, no tuvo un estado propio, hasta la constitución del estado de Israel, y el pueblo judío se mantuvo unido, por sus creencias y tradiciones, en estados diferentes, soportando toda suerte de adversidades. Otro ejemplo es el pueblo gitano, que unidos por sus costumbres, constituye una nación sin territorio propio.


Un elemento integrador del sentimiento nacional en países de gran inmigración es la escuela, donde los hijos de los extranjeros comienzan a forjar un sentimiento nacional, adoptando como propia a la nueva patria, identificándose con su historia, sus símbolos, su lengua y sus características culturales.


El sentimiento nacional es positivo, cuando se utiliza para lograr cohesión y unidad dentro del estado, pero un exagerado sentimiento de pertenencia, o sea un nacionalismo extremo, puede ser perjudicial, si resalta tanto la propia cultura, que la considera superior a las demás. Un triste ejemplo lo tenemos con el régimen nazi, que sembró un sentimiento nacional exagerado dentro del pueblo alemán, que lo llevó a instalar un sentimiento de discriminación hacia otros pueblos que no consideraba integrantes de su patria por razones raciales y religiosas.


Actualmente el concepto de nación aparece muy desdibujado por efecto de la globalización, ya que las culturas se entremezclan y fusionan, con riesgo de perder sus propias raíces.


República (Concepto)


La palabra república, deriva del latín respublica es decir la cosa pública.


Básicamente es la forma de estado en que el pueblo ostenta la soberanía y este delega el poder de gobierno en sus representantes electos. En dicho estado la jefatura del mismo es ejercida por un presidente o similar y no por un monarca (rey o similar). No obstante esta definición es harto teórica puesto que a lo largo de la historia y en nuestros días, este concepto se ha distorsionado, corrompido, desviado y desvirtuado en diversas ocasiones. Por tanto es importante señalar que en el estado republicano puro, el gobierno se convierte en instrumento de ejecución de los deseos del pueblo que lo ha elegido, siendo por tanto democracia y república una misma cosa.


Si bien hay estados monárquicos que han asimilado las ideas democráticas a lo largo de la historia hasta nuestros días, estos adolecen, como mínimo, de una falta de verdadera democracia debido a que el puesto de jefe de Estado no puede ser ejercido por cualquier ciudadano, puesto que este se reserva a los miembros de una determinada estirpe.


Indagando en las definiciones de República quizá la más curiosa por increíble que parezca es la que encontramos en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:


República. (Del Lat. respublica).


1. f. Organización del Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos o por el Parlamento para un período determinado.


2. f. En algunos países, régimen no monárquico.


3. f. Estado que posee este tipo de organización o de denominación.


4. f. Cuerpo político de una sociedad.


5. f. Causa pública, el común o su utilidad.


6. f. irón. Lugar donde reina el desorden.


La última definición resulta del todo sorprendente sobre todo si tenemos en cuenta que países como Alemania, Francia, Estados Unidos o Italia son repúblicas





Porque ahora se llama Quinta República



Desde un tiempo se viene hablando en nuestro país de la refundación de la República y sus instituciones. En tal sentido, con la promulgación de una nueva Constitución en 1999 y el establecimiento de un nuevo marco jurídico y político, los nuevos actores políticos han pretendido suplantar a una supuesta vieja y caduca "Cuarta" República por una aparente nueva y revolucionaria "Quinta" República, que se supone acabará con los vicios de la anterior. Sin embargo, no se le aclara a las personas, cuáles han sido las distintas Repúblicas de nuestra historia y a que momentos de nuestra evolución socio-histórica han correspondido. Por otra parte, es importante señalar que la enumeración de las Repúblicas en Venezuela responde a denominaciones formuladas por nuestra historiografía, es decir, parten de esquemas propuestos para una mejor comprensión de la historia venezolana. Por tal motivo, exceptuando al momento actual, los contemporáneos de las cuatro Repúblicas anteriores no estuvieron al tanto de su existencia. A continuación haremos un breve análisis de las mismas y su ubicación en el tiempo.




Primera República


Con el nombre de Primera República se conoce en la historiografía venezolana el período transcurrido entre el 19 de abril de 1810 y el 30 de julio de 1812. Este lapso como tal, se inicia en Caracas con el movimiento del 19 de abril de 1810, cuando el gobernador y capitán general Vicente Emparan y Orbe y otras autoridades españolas son derrocadas pacíficamente y sustituidas por una Junta Suprema de Gobierno que al comienzo se declaró "protectora de los derechos de Fernando VII" pero cuyos actos se orientaban al logro de la independencia absoluta de Venezuela. Los aspectos más notables durante este tiempo son: la formación de Juntas similares a la de Caracas, en las provincias de Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida, en tanto que Maracaibo, Coro y Guayana permanecen fieles a la Regencia que gobernaba en España; el envío de misiones diplomáticas desde Caracas a Inglaterra, Estados Unidos y Cundinamarca (Colombia); la libertad de comercio exterior; la creación de la Sociedad patriótica, por iniciativa de particulares, como organismo radical revolucionario; el regreso a Venezuela del precursor Francisco de Miranda; el bloqueo de las costas venezolanas por buques de guerra españoles; la convocatoria, la elección y la reunión en Caracas de un Congreso donde estuviesen representadas las 7 provincias unidas: Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo; y la Declaración de la Independencia absoluta de Venezuela, por dicho Congreso, el 5 de julio de 1811.


Posteriormente, a raíz del terremoto del 26 de marzo de 1812; la ofensiva del jefe español Domingo de Monteverde desde Coro hasta Valencia y Caracas; la capitulación de San Mateo, a fines de julio de 1812, y la entrada de Monteverde en Caracas el 30 del mismo mes, termina el período de la Primera República, pues la región oriental fue sometida también al poco tiempo por las fuerzas realistas.


Segunda República


Según algunos historiadores es el período que va desde agosto de 1813 hasta diciembre de 1814. A este lapso también se le ha dado el calificativo de "Guerra a Muerte", pero no es del todo exacto, pues la guerra a muerte que habían iniciado de los realistas a mediados de 1812, fue declarada oficialmente en junio de 1813 por el general Simón Bolívar y sólo fue definitivamente abolida en noviembre de 1820 mediante el Tratado de Regularización de la Guerra, aunque a partir de 1818 prácticamente habían cesado la ejecución de prisioneros. Lo que sí es cierto es que la Guerra a Muerte alcanzó su apogeo durante la Segunda República. Este período se inicia con la liberación de Cumaná (3.8.1813), por las fuerzas del general Santiago Mariño, como culminación de la Campaña de Oriente, y con la entrada en Caracas, el 6 de agosto, del general Simón Bolívar a la cabeza de su ejército victorioso en la llamada Campaña Admirable.


Algunos de los episodios más notables de la Segunda República son: la formación en el territorio venezolano liberado de 2 gobiernos o centros de poder, uno en Caracas, bajo el mando de Bolívar y otro en Cumaná dirigido por Santiago Mariño, y las gestiones para conjugar política y militarmente la acción de ambos estados; el sitio de Puerto Cabello, donde existía un fuerte núcleo de resistencia realista, por las fuerzas terrestres de Bolívar, mientras que las escuadras combinadas del centro y del oriente lo bloqueaban por mar; el título de Libertador conferido a Bolívar por el pueblo y la municipalidad de Caracas; la insurrección a favor de la causa realista, de los llaneros venezolanos acaudillados por José Tomás Boves, que le dan a la lucha un carácter de rebelión social; el fusilamiento de los prisioneros españoles y canarios de Caracas y La Guaira, ordenado por Bolívar; y las numerosas acciones de guerra en la región centro-occidental y luego en la oriental, como Bárbula, Las Trincheras, Mosquitero, Mesas de Barquisimeto, Vigirima, Araure, San Marcos, La Victoria, San Mateo, Bocachica, Ocumare del Tuy, sitio de Valencia por los realistas, El Arao, primera batalla de Carabobo, La Puerta (que desencadenó la emigración hacia oriente de gran parte de la población de Caracas a comienzos de 1814). Finalmente, con las batallas de Urica y Maturín, ganadas por los realistas en diciembre de 1814, puede considerarse que concluye el período de la Segunda República.


Tercera República


De acuerdo con la historiografía venezolana, es el período que comienza conla restauración de las instituciones republicanas en Guayana en 1817, después de su definitiva liberación por Simón Bolívar y termina en diciembre de 1819 con la creación de la República de la Gran Colombia por el propio Bolívar. Tal como señalábamos al comienzo, debe tenerse en cuenta que Tercera República (al igual que Primera y Segunda República) es una expresión moderna, que no usaban los contemporáneos de aquellos sucesos, aunque a veces se habla de la "segunda o tercera época de la República". Los principales acontecimientos de este período histórico son: la liberación de Guayana, la Campaña del Centro (1818), la creación del semanario Correo del Orinoco (1818), la llegada de los voluntarios británicos y su unión al Ejército Libertador (1818-1819), la reunión del Congreso de Angostura (1819), la Campaña Libertadora de la Nueva Granada (1819) y la creación de la Gran Colombia (1819). Con este último acontecimiento se termina propiamente la Tercera República, pues a partir de 1820 Venezuela entra a ser parte integrante de la gran República supranacional junto con la Nueva Granada y Ecuador.


Cuarta República


Con este nombre se suele designar al breve período inicial del restablecimiento del estado venezolano al desintegrarse la Gran Colombia. Aunque la Cuarta República haya perdurado hasta nuestros días, el concepto es utilizado por los historiadores para referirse específicamente al año 1830 y los inmediatos siguientes.


Quinta República


Se inicia con la muerte de la Constitución de 1.961 (diseñada a la medida de los Gobernantes de turno) y nace la Constitución del 2.000 con el nuevo siglo (bajo una Asamblea Nacional Constituyente electa por el pueblo y que de manera inédita refrendó por primera vez su Carta Magna). Además del desarrollo histórico de las Repúblicas y la agenda alternativa Bolivariana, también incluyen el concepto humanista del árbol de las tres raíces: Simón Bolívar - Simón Rodríguez - Ezequiel Zamora. Simón Bolívar: la necesidad del cuarto poder (moral), la unidad geopolítica, un bloque de poderes latinoamericanos (Mercosur, La Unión Suramericana, el Alba, etc…).


Simón Rodríguez: educación (las misiones que impulsan luces del conocimiento, principios Robinsoniano de enseñanza).


Ezequiel Zamora: Federación, elección popular, democracia verdadera. Luego de ir llevando paso a paso estos conceptos, de caminos nefastos recorridos en estos últimos años y el aprendizaje de toda la transición política vivida, vuelve a convertir a la Patria Venezolana en un nuevo modelo político de los nuevos tiempos. La misma necesidad de cambio, la reorientación de la Carta Magna para dar más amplitud y consonancia a las leyes y los cinco motores, señalan el sendero del Socialismo del Siglo XXI, el impulso del Partido Socialista Unido de Venezuela hacia la Victoria de la verdadera V República, señalada por los nacionalistas y patriotas, que asumieron el sueño de Bolívar como una realidad tangible, más cerca de su concreción definitiva.




Ética


La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una acción o a una decisión.


Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está realizando un juicio moral. La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral.


Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigos legales (sus normas no son leyes). La ética ayuda a la justa aplicación de las normas legales en un Estado de derecho, pero en sí misma no es punitiva desde el punto de vista jurídico, sino que promueve una autorregulación.


Elementos de la Ética


1.- La axiología, o teoría de los valores.


2.- Los valores, que forman parte de los objetos, acciones y actitudes que el ser humano persigue por considerarlos valiosos, por ejemplo, la salud, la riqueza, el poder, el amor, la virtud, la belleza, la inteligencia, la cultura, etc. En fin, todo aquello que en un momento deseamos o apreciamos.


3.- Los principios, entendiendo por éstos, valores que recibimos en la primera infancia, que son inculcados por nuestros padres, parientes, maestros, y en general, por la sociedad misma.


4.- La conciencia.


5.- La moral y las costumbres, es decir, el conjunto de elementos normativos que la sociedad acepta como válidos.


6.- La razón, o juicio racional.


7.- La filosofía.


8.- Las costumbres.



Estos elementos no son inmutables, pues generalmente los modificamos en función de la interpretación de la realidad que tenemos en cada etapa de la vida, o en el tipo de sociedad en la que nos desenvolvamos.



La Ética en vía al Socialismo



El 3 de septiembre de 2006 Chávez nos convocó a emprender el Proyecto Nacional Simón Bolívar para transformar a fondo el país en los próximos 14 años. La primera de las siete líneas estratégicas de ese Plan enunciadas por nuestro Comandante en Jefe, fue la Nueva Ética Socialista.


En general se entiende por ética, la conducta humana basada en valores morales identificados con el bien. Como rama o parte de la filosofía, la ética es el estudio del sistema de fundamentos de la moral, por lo que también se le puede llamar filosofía moral.


En forma coloquial nos referimos a lo ético como lo moralmente correcto. Hablamos de comportamientos éticos cuando un profesional actúa según los códigos de su oficio, ó, señalamos como auténtica una práctica lesiva a la dignidad de la persona o que vulnera los mecanismos correctos de alguna actividad.


Entonces, ¿por qué hablar de una ética socialista, y no simplemente de la ética, sin apellido?


Porque así como existe la diversidad cultural entre los pueblos, también existe la posición de clase, según la clase social a la que se pertenece o al nivel de conciencia, y, el sistema de valores morales que orientan la actuación de los individuos en sociedad, no es el mismo para todos, no es un único sistema de valores morales, aunque haya uno dominante. Lo que es ético para un empresario o un teórico neoliberal, no necesariamente tiene que ser ético para un socialista, un comunista o un patriota bolivariano. Muy por el contrario. En primer lugar porque el capitalista y sus servidores tecnócratas e intelectuales mercantilistas, tienen como propósito fundamental sostener y fortalecer el sistema de explotación del hombre por el hombre. Las reglas del juego capitalista son para ellos una religión. Se les escuchará sostener que la propiedad privada es sagrada. Mientras no les mortificará mucho esgrimir cualquier argumento falaz para justificar la miseria de las mayorías. Ellos han cosechado el lenguaje del éxito como cáliz del individualismo, el lenguaje de la calidad como paradigma de la supremacía de la empresa por encima de la gente.


Nosotros, los revolucionarios, socialistas, comunistas y patriotas bolivarianos, tenemos como centro de nuestra acción política, social y económica, la transformación radical de la sociedad para echar al foso de la historia la explotación del hombre por el hombre y darle paso al socialismo como vía para construir una sociedad de iguales. Por eso nuestra ética es diferente a la ética burguesa, siempre tan trajeada de doble moral.


Qué decir de la ética del imperialismo, allí si es verdad que el capitalismo llega a su mayor grado de inmoralidad generalizada. Se puede invadir cualquier país con las mentiras más descaradas como pretexto. Se puede hacer la guerra contra pequeñas naciones para arrebatarles sus recursos naturales. Se puede poner en jaque la existencia misma de la vida destruyendo el ecosistema. Se puede asesinar mandatarios o derrocar gobiernos democráticos para imponer regímenes serviles al imperio. Todo se puede en nombre de la democracia, los derechos humanos, la lucha contra el narcotráfico, contra el terrorismo, por defender los valores la civilización del dólar.



Bolivarianismo y Socialismo



Si en algo coinciden monolíticamente la Doctrina del Libertador Simón Bolívar y la Doctrina del Socialismo, es en la ética. Transversalmente el pensamiento bolivariano está bordado por un hilo común: la supremacía del interés colectivo por encima de los egoísmos personales. La Patria, que es el conglomerado humano al que pertenecemos, merece todo y debemos darle todo, la vida si es preciso. Abandonar todo por la Patria es ganar todo lo esperado. La dignidad humana va unida al hecho revelador de su existencia que es la libertad y la igualdad. Libertad e igualdad son un par inseparable. En ellas descansa el modelo de sociedad a alcanzar. El servicio público se hace por patriotismo y es contrario a cualquier manifestación de deshonestidad. Bolívar plantea la pena máxima contra la corrupción administrativa.


¿En qué consiste entonces la Ética Socialista?


¿Cuál más podría ser la ética de los que aspiramos y luchamos por un mundo de iguales? La que nos han enseñado nuestros héroes y mártires. La del Che Guevara, plasmada en forma por demás poética en la máxima: “Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad”. Sobran los comentarios.


La ética socialista es el conjunto de valores y principios que orientan la acción de los revolucionarios tanto para la toma del poder como para la obra de construir una nueva sociedad.


¿Cuáles son esos valores y principios?


La lealtad incondicional a los intereses de las grandes mayorías desposeídas.


La solidaridad militante con la clase trabajadora en cualquier parte del mundo.


El amor por la vida, la naturaleza y todas las criaturas de la existencia.


El respeto de la dignidad humana en todo evento.


El valor por la amistad entre los pueblos y las personas.


La valoración de las manifestaciones culturales populares.


La búsqueda de la paz y el equilibrio mundial.


El rechazo a toda forma de imperialismo y colonialismo.


El rechazo a toda forma de discriminación racial u otras discriminaciones.


El amor por la Patria y la historia de lucha de nuestros pueblos.


El amor y cuidado especial de nuestras niñas y nuestros niños.


La veneración por nuestros héroes y mártires.


Las consideraciones especiales a adultos mayores y personas con discapacidad.


Máxima preocupación por lo social, la educación, el arte, el deporte, la recreación y todo cuanto vaya en beneficio del crecimiento espiritual y bienestar material del pueblo.


Honestidad y transparencia en el manejo de los recursos públicos.


Utilización de la crítica constructiva y la autocrítica como herramientas de superación de errores y consolidación de la ideología y práctica revolucionaria.


Combate a la flojera en el trabajo y estímulo al esfuerzo y desprendimiento.


Amor por el estudio y la búsqueda del conocimiento científico.


Valoración de la ciencia como vehículo para el bienestar colectivo y la liberación del oscurantismo y la ignorancia.


Rechazo a toda forma de alienación y reivindicación de la libertad de creación.


“… los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad…”Simón Bolívar, El Libertador.


La conciencia revolucionaria



¿Qué es la Conciencia? ¿Qué es una revolución social? En verdad, cuando nuestra Conciencia se activa, la luz del ser y el saber se proyectan. El acto en sí de conciencia es tan claro como la radiante luz del sol que perciben nuestros ojos. Cuando estamos durmiendo en la cama no hay conciencia del mundo físico por razones obvias. Cuando nuestra conciencia está adormecida en lo profundo de nuestra psiquis, tampoco somos conscientes de lo que nos sucede alrededor, solamente nos comportamos como actores autómatas de una serie de eventos en los cuales nos vemos involucrados sin saber el por qué.



Revolución significa transformación profunda. La Revolución francesa (1789-1799) fue un cambio profundo que derrotó al absolutismo, el régimen monárquico de la época. La revolución mejicana también implicó cambios importantes en el sistema político, económico y social. Pero no se mantuvieron en el tiempo por la pérdida de la conciencia revolucionaria, la cual se erosionó en poco tiempo. Para que ocurra un proceso revolucionario en un país tiene que haber conciencia de las carencias, injusticias y atrasos que mantienen a la sociedad en calidad de nación subdesarrollada y dependiente de factores exógenos para la supervivencia. Cuando la soberanía está comprometida a intereses foráneos; cuando la desigualdad de clases permite una pobreza extrema y otra menos extrema; cuando una elite controla los principales recursos del país; cuando la justicia se quita el velo para condenar a los débiles; cuando la libertad está condicionada por el poder de turno, entonces se requiere de la Conciencia Revolucionaria para enfrentar ese situación degradante, humillante e injusta. La revolución no se hace con REFORMAS pues ésta es la continuación modificada del error.



Toda revolución implica cambios radicales en un espectro de prioridades y mantener la conciencia revolucionaria en el tiempo. La soberanía, la educación, la salud y la justicia igualitaria son esas prioridades. Cuando una persona sabe que no sabe, comienza a despertar conciencia. Entrar en la arena política es condición sine qua non para llevar a buen puerto un proceso revolucionario. Un sabio dijo: "La política bien entendida es un sacerdocio en el altar de la patria". Tener conciencia de ese postulado es definitivo. La conciencia revolucionaria implica sensibilidad por los semejantes, rechazo a la explotación del ser humano, a explotar la fuerza de trabajo para beneficio de una persona o grupo.



Definitivamente, "el respeto al derecho ajeno es la paz". En el capitalismo no existe ese respeto. Cuando una persona se autocalifica como revolucionario pero al llegar a instancias de poder se enriquece y se olvida de su función como servidor público, entonces era un revolucionario teórico que ignora lo que pregona, está desprovisto de conciencia revolucionaria, no sabe que no sabe. El culto a la personalidad de líderes políticos, la sumisión automática, el miedo a disentir, el clientelismo, el compadrazgo, las posiciones acomodaticias, son síntomas de inconsciencia revolucionaria y así no llegaremos a cristalizar transformaciones profundas. El desprecio por alguna clase social, la indiferencia ante el sufrimiento de nuestros semejantes y la burocratización, no permitirán jamás ninguna revolución.



Sociedad Pluralista



La sociedad de nuestro tiempo es una sociedad pluralista, es decir, una sociedad en la cual los grupos organizados se multiplican y se diversifican de igual modo, según las necesidades, aspiraciones y exigencias que motivan su existencia y su funcionamiento.



Esta pluralidad de organizaciones llana, material y espiritualmente nuestra existencia social. Tienen estas las más variadas denominaciones: sociedades, asociaciones, ligas, uniones, movimientos, alianzas, hermandades, centros, consejos, comités, partidos, etc.



Estos organismos actúan específicamente de acuerdo con las funciones y finalidades económicas, políticas, educativas, religiosas, recreativas, científicas, profesionales, y tantas más que dan sentido a la convivencia social. Reclaman nuestra atención y actuación dentro de ellos.



La sociedad en su conjunto puede tomar el rumbo y seguir la trayectoria que puedan determinar estos numerosísimos y variados grupos.



Más claro aun: la dirección de la sociedad puede llegar a ser ejercida por quienes a su vez dirigen los grupos organizados. Los dirigentes de estos pueden realizar una actividad capaz de trascender los objetivos de los grupos en particular para convertirse en una dirección de la sociedad en general.




La sociedad democrática-pluralista



La sociedad democrática pluralista aparece en este siglo y su consolidación ocurre en los países desarrollados y es en las últimas décadas cuando se ha venido generalizando.



Según lo anterior, la sociedad democrática pluralista es la sociedad contemporánea tal como se manifiesta principalmente en los países desarrollados. Lo "pluralista" consiste en la multitud de grupos organizados y en su indispensable e ineludible presencia en todas relaciones del convivir social. Pudiera también llamársele sociedad de organizaciones. Con "pluralista" también nos referimos a la creciente diversidad de fines, propósitos u objetivos que persiguen los grupos organiza dos.



Junto con la multiplicidad y diversificación de los grupos, importa mucho hacer notar el dato de su organización. Es característico de la sociedad democrática-pluralista el gran número de agrupaciones, pero quizá sea la estructura orgánica que estas tienen lo que las hace tan necesarias para nuestra convivencia actual.


Desarrollo del Voluntariado



Existe en el ser humano una necesidad de ayudar que es bueno sea canalizada por la razón principal que su desarrollo trae como consecuencia el bienestar emocional y espiritual del beneficiario y de quien ayuda.


En realidad es muy difícil saber quien es la persona que se beneficia más cuando de temas de Desarrollo y Voluntariado se trata, si la persona que recibe ayuda o quien la entrega. Con seguridad se beneficia quien necesita la ayuda, justamente porque la necesita, y el que entrega la ayuda recibe como compensación una satisfacción personal, emocional y espiritual difícilmente medible.


Si dentro de sí se escucha una voz que siente la necesidad de ayudar a los más necesitados le recomiendo que la siga y verá que los resultados le ayudarán a ser una persona mejor y con mucho más conocimiento y amor por el ser humano.


Fomentando el trabajo creador y productivo socialista



Desde el año 2003 al presente en Venezuela se promueve la construcción del “Socialismo Bolivariano”, con una nueva doctrina política, una nueva ideología, un nuevo modelo de desarrollo, con una situación histórica particular, en una latitud diferente y en el siglo del socialismo, donde la planificación pasa a convertirse en la característica y el instrumento básico del desarrollo económico y social de nuestro tiempo.


Un socialismo que tiene como finalidad el empleo del capital del Estado para proporcionar a la mayoría mejor calidad de vida y para asegurar en el tiempo la sustentabilidad de este modelo socialista, capital que es fundamental ya que forma parte de una economía mundial integrada por todos los Estados del mundo.


Venezuela tiene una política económica que de alguna forma depende de la economía mundial, y por ahora, fundamentada en el comercio internacional busca a través de la inversión y el desarrollo productivo, aumentar la productividad nacional para beneficio de todos los venezolanos.